Criada en una familia que escuchaba música clásica todos los domingos, y siendo los cuadros de Botticelli mis primeras ilustraciones infantiles, me enseñaron sin embargo que estudiar artes plásticas era destinarse a morir en la pobreza y no era una buena opción. Por eso llevo el título de Diseñadora de Interiores; fue lo más parecido que encontré a la libertad de crear aunque tampoco me hizo ganar dinero.
Mi pasión por los espacios vacíos me llevó a tener un mundo interno absolutamente diferente a la realidad, cuán el cuento de Alicia siempre imaginé un mundo paralelo.
Así nació Ada y el nombre que fue un homenaje a mi abuela paterna, aunque sin H, me había estigmatizado.
Estudié realización escenografía en el taller del maestro Pietrapertosa, que con total amor por el oficio hizo maravillas en el escenario del Teatro Colón junto a su equipo. Me fascina la posibilidad de crear situaciones con objetos. Cosas inanimadas que cuando se retire el espectador volverán a quedar esperando que otro le dé su sentido. Escenarios paralelos que se recrean en la mente con nuestras propias ilusiones y emociones.
En esta búsqueda realicé talleres de escultura, talla en telgopor y fotografía; utilizo todo material que ha quedado desperdiciado por el consumo social para transformarlo en un vehículo ya que todo es digno de ser vuelto a contar.
En el caso de esta muestra, decidí utilizar mi propio cuerpo como un objeto más del lenguaje y así comunicar mi compromiso con esta causa.
No creo en una única vida o en un solo destino, nunca me planteo si podría hacer de este mundo algo mejor, pero me gustaría que pensemos como sociedad y como individuos, que los acontecimientos no pasan por al lado.
Y si nos atraviesan y no lo sentimos, es porque alguna parte profunda se ha quedado dormida…solo hay que despertar.-
Karina en plena elaboración de su obra
qué hermoso ver la trastienda (la de la manufactura y la intelectual) de una obra de arte.
ResponderEliminarespero poder disfrutar de tu producción.
abrazos desde tucumán!